Mientras aumenta a un ritmo exponencial la cantidad de contenidos en la red, crece también nuestra incapacidad para absorber más datos. Hace ya un tiempo que el umbral de exposición y asimilación de nuevas informaciones se ha sobrepasado.

 

La información aumenta

En cifras del 2013 la información creada al día en Internet es de: 3.500 millones de post en Facebook, se suben 100.000 horas de video a Youtube, en WordPress se escriben 500.000 artículos, se crean 800.000 nuevas páginas web y se mandan 293.760 millones de correos electrónicos.

Esto es solo por un día, además habría que añadir el número de revistas, periódicos y libros en papel que se editan, más los informativos y programas de TV y radio que se emiten.

Cada día nos enfrentamos a un volumen de información mayor. Y aunque los sistemas de aprendizaje y nuestra propia capacidad psicológica y cognitiva hayan mejorado, estamos muy lejos de engullir tal cantidad de datos.

 

La desconexión también

La consecuencia de todo ello no se ha hecho esperar.  En un interesante artículo publicado en TIMES por el director de la empresa proveedora de datos reales ChartBea, asegura que nos equivocamos al confundir “hacer click” con leer. Y entre lo que es leer y lo que es compartir.

Según el autor, tenemos que desterrar dos falsos mitos en cuanto a la interacción de los usuarios en nuestro blog o web.

1º Leemos a lo que le damos click.
 Un estudio realizado a un medio de comunicación con 2 millones de visitas mensuales a su web, reveló que el 55% de los usuarios se quedaban menos de 15 segundos.

2º Cuanto más compartimos más leemos. Compartir en las RR.SS. significa que el contenido que recomendamos lo hemos leído y debido a su calidad merece la pena compartirlo con nuestros amigos o seguidores. Ese mismo estudio, que citaba antes, arrojó una media de 1 tuit y 8 like en Facebbok por cada 100 visitantes.

 

Tony Halie, autor del estudio, concluye diciendo que no hay relación entre la cantidad de contenido compartido en las RR.SS. y el contenido que es leído por los visitantes a tu página o blog.

De forma que las técnicas de marketing, cada vez más y con más rapidez, se están orientando a conseguir retener la atención de la visita y valorar menos los click de página.

 

La solución no está en el uso de aplicaciones

Frente a esta avalancha, no han tardado en aparecer aplicaciones que permiten ordenar, filtrar y eliminar los contenidos que nos llegan. Desde lectores de RSS, como Feedly, que nos permite gestionar en un solo lugar los blog y portales de noticias a los que estamos suscritos; hasta redes sociales verticales o temáticas.

Pero la crecida es tan grande, que no hay presa capaz de contener la inundación. Al poco tiempo, de estar utilizando los gestores de RSS, descubrimos que ya estamos de nuevo saturados. Con las redes sociales nos pasa tres cuartos de lo mismo. Es un fenómeno de desbordamiento al que por ahora no le encontramos freno.

Sin embargo en nuestra conducta compulsiva repetimos, reproducimos, retuiteamos, compartimos, mandamos… una y otra vez los mismos contenidos, contribuyendo con ello a la entropía. ¿Como es posible que en una publicación de 2 millones de visitas al mes, como veíamos en el estudio anterior, más de la mitad de ellas, solo permanezcan 15 segundos en la web?

 

Cada usuario un filtro

Sin embargo que distinto sería si cada usuario, al que le llega la información, hiciera de filtro donde evaluara la calidad y la idoneidad de dicha publicación.

En primer lugar, y quizás la valoración más importante, es la calidad. Cuantas veces el post goza de un titular atractivo sin embargo el contenido deja mucho que desear, o es un remix, o simplemente se hace eco de otra publicación.

Cuando no, se trata de un “a mi me parece” o “según yo lo veo” que no dista mucho del comentario que puede hacerte tu vecino, en el rellano de la escalera.

En segundo lugar la idoneidad. Antes de compartir hay que pensar quienes son nuestros destinatarios. Si somos empresa y queremos crear una comunidad entorno a los contenidos que publicamos en nuestro blog, tenemos que tener en cuenta varias cosas:

1. Que la información sea relevante para ellos

2. Que le aporte valor

3. Que esté relacionada con nuestra marca

4. Que esté actualizada

 

Sin embargo los datos arrojan una visión muy distinta de la que debería ser. Somos voraces consumidores de titulares, pero no de contendidos. Escaneamos los post en busca de frases clave, de negritas y subrayados, pero no leemos.

En datos del últimos estudio sobre medios de publicidad en España (2013), sólo el 34% de los internautas crea contenido nuevo. ¿Cómo es posible que con este valor tan bajo estemos tan saturados de información? ¿Qué ocurrirá cuando lleguemos al 50%?

 

Hasta el infinito y más allá… el Big Data

Sin embargo los contenidos siguen aumentando, mañana habrá 500.000 nuevos artículos escritos en WordPress y pasado mañana otros 500.000 más.

Alfons Cornella, experto en redes sociales, inventó el término infoxicación, para definir la intoxicación informacional y de contenidos al que actualmente estamos sometidos. Según un estudio de la Universidad de Berkeley entre los años 1970 y 2000 se produjo una cantidad de información semejante a lo que los seres humanos originaron en el tiempo de la prehistoria.

Y los datos siguen llegando, hoy mismo se han subido 100.000 horas de video a Youtube, y mañana se subirán otras 100.000 horas más.

Pero toda esta multitud de datos, que va camino de convertirse en galaxias y estas en universos, ya han sido bautizados con el nombre de Big Data. Siendo este uno de los términos más buscado hoy por las empresas.

 

¿Qué es el Big Data?

Por Big Data entendemos el análisis y tratamientos de grandes cantidades de información. Tan enormes que es imposible tratarlas con los medio convencionales hasta ahora y que necesitan de técnicas y soportes especiales. Tal es la cantidad de datos de que disponemos hoy día, que un informe de IBM cifra en el 90% de los datos, de que disponemos a nivel mundial, han sido creados en los dos últimos años.

Datos sobre el clima, naturaleza, biología, salud, sociología, empresas, etc. forman hoy lo que se ha dado en llamar “lagos de datos”. Enormes contenedores a la espera de técnicas de análisis que puedan trabajar con ellos.

Aquello que no te destruye te hace más fuerte, y lo que en un principio es un producto toxico (infoxicación) acabará convirtiéndose en un valor añadido. Detrás de él están hoy universidades y grandes empresas, todos ellos esperando poder digerir y sacar provecho de estos repositorios de datos.

Mientras y contestando a la pregunta con la que abrí el post: creo que si, que estamos ante el mayor aumento de información de la historia del hombre. En nuestra mano está hacer de esa información (como creadores) una información de calidad y evitar en lo posible (a través de buenas prácticas) el ruido.