El storytelling o cuenta cuentos no es una moda, ha estado siempre ahí, forma parte del acervo cultural de la humanidad. Todos tenemos una historia que contar.

La comunicación siempre ha estado en mi punto de mira. A los 5 años creé mi propia revista escolar, un trabajo colosal teniendo en cuenta que era: redactor, ilustrador, maquetador e impresor. 

Aprendí que las personas no podemos hacer las cosas solas, tenemos que colaborar, crear oportunidades entre todos que nos permitan llevar a cabo nuestros proyectos.

Y aquí estoy hoy, hablando contigo desde este blog intentado transmitirte experiencias de aciertos y errores. Unas para que las uses lo mejor que puedas, otras para que evites en lo posible caer en ellas.

En el fondo no es otra cosa que contar una historia: la mía, la tuya, la de todos. Quizás todo empezó hace muchos años. En algún lugar del mundo, alguien pronunció por primera vez las palabras mágicas: Era se una vez… Y la historia de la humanidad comenzó.

 

¿Por qué una historia?

Porque es la forma en la que nos comunicamos los seres humanos. Las historias son memorables, se pueden compartir; entretienen, informan, persuaden y sobre todo… se recuerdan.

Y dime ¿no es esto lo que buscamos en el marketing? Necesitamos algo que enganche, que se pueda compartir, que creen emoción. Como dice Annette Simmons:

“La gente no quiere más información. Están hasta las cejas de información. Lo que quieren es creer, creer en ti, en tus objetivos, en tu éxito, en la historia que les cuentas.”

 Annette Simmons

 

Pero ¿Cómo convertimos una historia en una buena historia? Que hable de tu proyecto y que encaje en tu estrategia de marketing. Vamos a ver algunos puntos importantes que debes tener en cuenta, al crear tu relato.

 

El papel del héroe

Quizás el error más común que se comete en el marketing es intentar convertir a la marca en héroe.

Los héroes son personas de carne y hueso. Que están noches enteras sin dormir trabajando en su proyecto. Que tienen un sueño que quieren hacer realidad, que quieren transformar el mundo y hacer de él un sitio mejor.

Si quieres contar una historia que enganche sobre tus productos o servicios, habla de ti, de tu trabajo y de tu esfuerzo. De tus aciertos y errores.

Pero también podemos darle una vuelta a la historia y hacer de tu cliente un héroe. Puedes trabajar para él. Alentándolo y ayudándolo a conquistar sus metas.

Pasas de colocar el centro en ti, a darle poder a él. Por ejemplo apostando por pequeños empresarios, pymes o autónomos. Creando servicios para emprendedores, desarrollando herramientas de gestión, etc.

 

La prueba de fuego

Lo hemos dicho en otras ocasiones, los buenos negocios son los que resuelven problemas a la gente. El héroe debe luchar por algo que ayude, que resuelva, que cree valor. Que haga la vida más fácil.

Por lo tanto tu historia tiene que tener un objetivo claro. Tienes que contar tu reto, lo que buscas, aquello que quieres conseguir.

Por ejemplo:

– Tienes que construir tu historia como un guionista de cine y explicar en qué consiste el cambio.

Investiga a tu público y descubre cuales son las emociones asociadas a sus problemas que lo movilizan.

– Enmárcalo en una escena y descubre su visión del mundo. Por ejemplo la palabra verde puede suscitar reacciones muy diversas dependiendo en que ambientes la digas. Desde empresarios a grupos ecologistas.

– Desde el comienzo tu historia tiene que contar con una serie de premisas que conduzcan a la conclusión, es decir a tu objetivo.

Si tu historia no tiene un objetivo concreto, todos tus relatos solo serán una colección de anécdotas.

 

David contra Goliat

Nos crecemos con los retos, con los obstáculos del camino. Caemos y nos volvemos a levantar. La gente siempre está con aquel más débil, aquel que con pocos recursos tiene una misión imposible.

Porque el mundo se ha fraguado a fuerza de lucha y de conquistas, nos encanta ver al equipo más humilde vencer a los grandes de primera.

No te de miedo decir que tu empresas es pequeña, que tienes poco presupuesto, que sois pocos pero que estáis locos. El mundo está lleno de locos que consiguen sus sueños.

 

El tesoro de la verdad

El viaje llega a su fin. Has conducido al héroe para superar los obstáculos y conseguir sus metas. Le has mostrado el camino, le has acompañado durante todo el proceso y ahora toca dejarlo sacar sus propias conclusiones.

Todo cuento tiene su moraleja. No caigas en el error de desmenuzarle el final. Tu cliente tiene que poder sacar sus propias conclusiones.

Hoy más que nunca hay una sed de verdad y de transparencia. Hay empresas que han apostado por contar los detalles más incómodos como: ¿Cuánto me va a costar? ¿Y si no estoy satisfecho? ¿No tengo claro esto a que me compromete?, etc.

Cuando lo haces así y te adelantas mostrando transparencia y honestidad, consigues que muchas actitudes de cinismo y escepticismo se dejen de lado.

Pregúntate ¿Cuál es tu mensaje de marketing? Destila en un par de líneas el objetivo y crea una historia con él.

 

 


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